sábado, 10 de diciembre de 2011

Volviendo a lo Espiritual: ¿Dios o Yo?


Mirando al cielo



Volviendo a lo Espiritual: ¿Dios o Yo?

“Me mostrarás la senda de la vida; En tu presencia hay plenitud de gozo; Delicias a tu diestra para siempre” Salmos 16:11

La semana pasada hablamos del lamentable estado de la sociedad actual. La modernidad, educación, libertad y orden mundial que se respira, no han eliminado las guerras, las desigualdades, las pestes, y el hambre de más de la mitad del mundo (saque sus cuentas y se llevara una terrible sorpresa). Los G8, los G20 y todos los “G” tienen sus propios problemas y ya están mirando hacia el interior de sus propios países, postergando las necesidades del resto.. Estos conglomerados viven días difíciles que le harán más difícil los días al planeta, buscando su propio bienestar, en desmedro de otros. Estamos en problemas. Y problemas gravísimos.
Porque el mundo ha postergado a Dios.
El actual estado de las cosas es porque simplemente reinó la gloria al “YO”, por sobre la gloria a DIOS. La verdadera espiritualidad parte reconociendo que solo en Dios hay pleno gozo. La verdadera espiritualidad crea hábitos de santidad; los hábitos de santidad crean una verdadera relación con Dios, una real espiritualidad. Son esos hábitos los que lograrán en tu vida volver a tener una comunión con el Señor, esa que tanto se necesita en días aciagos y adversos como los de hoy. Juan Calvino catalogó seis hábitos, para tener una solida relación con el padre, de los cuales hoy veremos dos.
1-                  DEPENDER DEL ESPÍRITU SANTO.- En Gálatas 5:16 se nos manda a ANDAR EN EL ESPÍRITU, y no satisfacer los deseos de la carne. Y es categórico. La no dependencia de él no nos traerá el gozo necesario. No depender de él, es no querer depender de Dios y de Jesucristo. El Espíritu Santo no es una “energía”, no es impersonal, no es la “electricidad de Dios”, es simplemente la tercera PERSONA  de la santa trinidad. Si tú le rechazas, rechazas al que puede conducirte y sellarte para salvación en esta vida.
a-      El Espíritu Santo nos une con Cristo (Romanos 8:9)
b-      No somos condenados al infierno por tener el Espíritu Santo (Romanos 8:1)
c-       Tenemos vida eternal gracias al Espíritu Santo (Romanos 8:11)
d-      La unión por fe con Cristo, está sellada por el E.S. (Efesios 1:13)
Depender del Espíritu Santo produce dos cosas: MORTIFICACIÓN: a la vida terrenal; Y VIVIFICACIÓN: a la vida espiritual. Romanos 8:6 dice claramente: “Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz”. Aquí tenemos un buen hábito para comenzar.
2-                  PRACTICA EL NEGARTE A TI MISMO.- Negarse a sí mismo no es abstenerse de ciertos alimentos, dejar de hacer ciertas cosas, mortificar el cuerpo con golpes, hacer todo los que nos desagrade. NEGARSE A SÍ MISMO ES RESPONDER A LA PREGUNTA INICIAL ¿DIOS O YO?... ¿Quién tiene la soberanía en mi vida? Negarte a sí mismo es obedecer a lo que Dios nos manda (nos guste o no), es estar completamente predispuestos para estar bajo SU DIRECCIÓN  y no la nuestra, es entender que no somos dueños de nosotros, sino Dios de nosotros. Como dice Romanos 12:1-2 “Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os conforméis a este siglo (a este tiempo), sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.
Dependencia de Dios y la práctica de negarnos, son dos buenos hábitos que nos llevará a tener una verdadera espiritualidad, esa que necesita nuestra tierra, que necesita el mundo. Bendiciones.

Pastor Marcelo Valdés

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