Mirando
al cielo
Sirviendo
de verdad
"Porque el Hijo
del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en
rescate por muchos" (Marcos 10:45)
Hay algo que todos debemos aprender de Cristo: su
capacidad de prestarse al servicio de otros. No estimó el ser igual a Dios como
cosa a que aferrarse (Filipenses 2:6), ni siquiera pensó en la posición que
produce una tremenda distancia entre un Rey Soberano y nosotros, simples plebeyos
llenos de pecado. Su posición era infinitamente desigual, pudo haber adoptado
una idea de clases y habernos mirado desde su hombro; pero no fue así. Estimó
mucho mas venir a este mundo y morir por los pecadores (Romanos 5:8). Nos
enseñó con ejemplo lo que es servir hasta que duela, hasta la muerte. No dio lo
que le sobraba, el dio todo lo que tenia, todo lo que pudo hacer según sus
fuerzas, todo lo que debía hacer según su ética y su moral. Y por tal
sacrificio salvó a la humanidad del pecado y todo aquel que venga de corazón
sincero a él (y solo a él) tendrá vida eterna.
Respetando las proporciones, nosotros los seres
humanos debiéramos aprender del más grande de los maestros e imitad su ejemplo:
ser buenos servidores. Si los líderes humanos pusieran siquiera esta idea en
sus corazones, este mundo no sería desigual ni egoísta, no existirían las
clases y las desigualdades extremas. El capitalismo seria una idea solo de
avaros e impulsivos seres acaparadores de bienes materiales; el comunismo no
sería más que una quimera de inconformes que no se contentan con lo que tienen,
el socialismo no imperaría jamás con su revueltas, y todo porque los lideres
gobernantes de este mundo tomarían el ejemplo del mejor servidor de todos:
JESUCRISTO. Eso nos tendría contentos a todos. Pero la verdad es que estamos en
una sociedad más desigual, injusta y que contempla más los bienes de unos pocos
que de todos; y no hablo solamente en el plano material, también hablo de los
derechos humanos, que algún sector los ha llevado a los derechos de los
“criminales” en desmedro de las víctimas. Hay más derechos a los animales que a
nuestros semejantes. No digo que no debiera haber ciertos derechos, pero
también creo que se han llevado a planos desiguales, porque estamos en un mundo
en el que cada uno vela por lo que cree y piensa sin importarle un comino si
eso afecta o no al otro.
Bueno, cambiar el sistema con un simple artículo
es también una quimera del porte de un buque. Pero sí me gustaría dejar
constancia: que como pastor mi deber es ser yo primero ejemplo de servicio.
Y también invitarles y animarles a la
oración por los que nos gobiernan en Loncoche, para que tengan verdaderas
vocaciones de servicio y postulen a los cargos no por los réditos que se puedan
obtener, sino por la tremenda posición para poder servir mejor. Que no sepamos más
de aprovechamientos políticos, peleas partidistas, pensamientos ajenos a todo
servicio, sino que sean los necesitados, los discriminados, los desorientados,
los abandonados, todos los loncochenses, puestos en la mira de grandes
servidores del Estado para prestar sus servicios. Y también pido a Dios, que
todo aquel que haya sido beneficiado por algún servidor, sienta el mismo deseo
de pagar con la misma moneda a otro semejante que necesite de su servicio ¡Qué
gran cadena! Aprendamos del Gran Servidor Jesucristo. Bendiciones.
Pastor Marcelo Valdés
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